"Si comparáramos una habitación japonesa con un dibujo a tinta china, los shòji, (tabique móvil formado por una armadura de listones de cuadrículas apretadas, sobre la que se pega un papel blanco espeso que deja pasar la luz, pero no la vista), corresponderían a la parte en donde la tinta está más diluida,
y el toko no ma (literalmente "habitación del lecho, alcoba". Hueco practicado generalmente en la pared de la habitación principal, perpendicular al jardín y que desempeña un papel capital en la decoración de la casa japonesa tradicional. Ahí es donde se cuelga un cuadro escogido en función de la estación y se coloca algún objeto artístico de bronce o de cerámica, o algún adorno floral. El gusto de los dueños de la casa se juzga por la armonía conseguida entre estos tres elementos) al lugar en que está más concentrada. Cada vez que veo un toko no ma, esa obra maestra del refinamiento, me maravilla comprobar hasta qué punto los japoneses han sabido dilucidar los misterios de la sombra y con cuánto ingenio han sabido utilizar los juegos de sombra y luz. Y todo eso si buscar particularmente ningún efecto determinado.
En una palabra, sin más medios que la simple madera y las paredes desnudas, se ha dispuesto un espacio recoleto donde los rayos luminosos que consiguen penetrar hasta allí, engendran aquí y allá, recovecos vagamente oscuros
Sin embargo, al contemplar las tinieblas ocultas tras la viga superior, en torno a un jarrón de flores, bajo una anaquel, y aun sabiendo que sólo son sombras insignificantes, experimentamos el sentimiento de que el aire en esos lugares encierra una espesura de silencio, que en esa oscuridad reina una serenidad eternamente inalterable.
En definitiva, cuando los occidentales hablan de los “misterios de Oriente”, es muy posible que con ello se refieran a esa calma algo inquietante que genera la sombra cuando posee esta cualidad.
Yo mismo, cuando era niño, si aventuraba una mirada al fondo del toko no ma de un
salón o de una “biblioteca” adonde nunca llega la luz del sol, no podía evitar una
indefinible aprensión, un estremecimiento
Entonces, ¿dónde reside la clave del misterio? Pues bien, voy a traicionar el secreto: mirándolo bien no es sino la magia de la sombra; expulsad esa sombra producida por todos esos recovecos y el toko no ma enseguida recuperará su realidad trivial de espacio vacío y desnudo.
Porque ahí es donde nuestros antepasados han demostrado ser geniales. A ese universo de sombras, que ha sido deliberadamente creado delimitando un nuevo espacio rigurosamente vacío, han sabido conferirle una cualidad estética superior a la de cualquier fresco o decorado."
Fragmento del libro "El elogio de la sombra" de Junichiro Tanizaki, acompañado de los dibujos realizados a tinta china por: Paula, Cristina, Paloma, Miguel y Jorge.