(...) me hablaron así esas Diosas, las
Musas del Olimpo, hijas de Zeus Tempestuoso:
Pastores que pasáis la vida al aire
libre, raza vil, que no sois más que vientres: nosotros sabemos
decir numerosas, verosímiles ficciones; pero también, cuando nos
place, sabemos ensalzar la verdad.
Y las partes que había cercenado,
Cronos las mutiló con el acero, y las arrojó desde la tierra firme
al mar de olas agitadas. Flotaron mucho tiempo sobre el mar, y del
despojo inmortal brotó blanca espuma, y de ella salió una joven. Y
primero fue llevada ésta hacia la divina Citeres; y de allí, a
Cipros la rodeada de olas.
Abordó la tierra la bella y venerable
Diosa, y la hierba crecía bajo sus pies encantadores. Y fue llamada
Afrodita, la Diosa de hermosas bandeletas, nacida de la espuma, y
Citerea, porque abordó a Citeres; y Ciprigenia, porque arribó a
Cipros la rodeada de olas, y Filomedea, porque había salido de las
partes genitales.
Eros la acompañaba, y el hermoso Imero
la seguía, apenas nacida, en tanto que se presentaba a la asamblea
de los Dioses. Y desde el origen, por elección de la Moira, tuvo el
honor de presidir, entre los hombres y los Dioses inmortales, las
entrevistas de las vírgenes, las sonrisas, las seducciones, el dulce
encanto, la ternura y las caricias.
Partimos de estas hermosas imágenes de la Afrodita de Praxíteles (la llamada cabeza Kaufmann) para realizar un nuevo proyecto.