Cuenta Merleau-Ponty en su ensayo sobre Cézanne que "necesitaba cien sesiones de trabajo para una naturaleza muerta y ciento cincuenta de pose para un retrato. Lo que llamamos su trabajo no era para él más que una serie de tentativas hacia la obra terminada"
A cualquiera cien sesiones de trabajo para pintar un cuadro pueden parecerle un exceso de tiempo, porque en nuestro siglo tendemos a valorar la rápida ejecución como síntoma de maestría. Lo que sí es cierto es que la calidad de un trabajo artístico poco tiene que ver con las horas destinadas a realizarlo.
Vasari cita a Sebastiano del Piombo:
"Ya que tengo un medio de sustento, no volveré a pintar porque existen hoy en el mundo hombres geniales que hacen en dos meses lo que yo antes hacía en dos años".
Decía Matteo Bandello haber visto a Leonardo da Vinci "... abandonar la Corte Vecchia donde estaba trabajando en aquel soberbio caballo suyo de barro, e irse al mediodia, derecho a la Iglesia de Santa Maria delle Grazie donde, subiéndose al andamio cogía el pincel y daba una o dos pinceladas a aquellas figuras, y entonces inmediatamente se marchaba de nuevo a cualquier otro lugar".
Trabajos en proceso de Sarah, Laura y Jaime....y Luis limpiando su paleta.